miércoles, 2 de septiembre de 2009

El sonido en Plan 9. Una vuelta más de tuerca al genio de la desfachatez

Las películas de los años 30, 40 e incluso 50, se caracterizaban por tener unos efectos de sonido enlatado y artificial. Originarios del teatro, donde se solía utilizar para imitar los sonidos provenientes de la naturaleza, en los años 30 encontró su expansión y perfeccionamiento con la radio. La necesidad de conseguir el máximo realismo posible para poder realzar el dramatismo de las narraciones sonoras que se realizaban en ese medio hizo también que los mecanismos tradicionales de generación de efectos fuesen modificándose. Planchas metálicas, muelles, instrumentos de percusión, bocinas, silbatos, etc.Llegaron al cine con la película “Aleluya” de King Vidor (1929). Durante los años siguientes se utilizó para reforzar situaciones cómicas o dramáticas.

En 1956, Edward D. Wood Jr. (1924-1978) sufrió la pérdida de su amigo y estrella de sus películas Béla Lugosi. Tres años más tarde, escribió un guión para un largometraje intentando ajustarlo para incluir las últimas escenas rodadas por este, que ocupaban 5 minutos. Wood tardó 2 semanas en terminarlo. Con un presupuesto miserable y 79 minutos de metraje, vio la luz “Plan 9 From Outer Space”, considerada una de las peores películas de la historia del cine.

Mucho se ha escrito sobre los enormes errores visuales que se encuentran en la pieza, algo que la ha convertido en objeto de culto. Por ello, nos centraremos más en el sonido. Wood solía trabajar siempre con el mismo equipo de personas. En este caso repitieron Dale Knight en el sonido y Gordon Zahler cómo supervisor musical. Ambos ya se conocían de la serie “26 Men”, basado en historias reales de los rangers de Arizona de principios del s. XX. El primero de ellos siguió haciendo el sonido en películas de ciencia ficción de serie B, la más destacable sería “The Secret Invasión” de Roger Corman, un productor y director de largometrajes del género de bajo presupuesto. Destacable es la presencia de Mickey Rooney en este film (sí, sigue vivo). Zahler se dedicó a supervisar la música de series de superhéroes y largometrajes de terror. Caso más extravagante sería el de Charles Duncan, encargado de los efectos especiales y que llegó a trabajar con Samuel Fuller en su famosa “Shock Corridor”. Por el contrario, colaboró en “The Cosmic Man” de Herbert S. Greene, donde los efectos especiales y sonoros son todo un poema.

Analizando a fondo “Plan 9 From Outer Space” percibimos que es una película inconexa y sin sonido ambiente, lo que da una sensación de vacío y teatralidad muy extraña. Los efectos sonoros son muy artificiales y reducidos. No existe foley, entre otras cosas porque su creador todavía no había nacido. Se hace excesivo uso de la música y de manera erronea. Pero no adelantemos conclusiones, vayamos paso a paso.

Comenzamos la película y lo primero que llama la atención es la música que no acompaña con el supuesto género de la película, puesto que parece más apropiada para el NO-DO, mientras Criswell (el adivino) nos adelanta la espeluznante historia que vamos a ver. Un trueno nos despierta sin venir a cuento en imagen y sonido para dar paso al relato. La música cambia en ese momento para mostrarnos los créditos a ritmo de tambores. Otro trueno, esta vez para mostrarnos el nombre del director. Tras ello nos llamará la atención lo mal encuadrados que están los planos, pero también
notaremos algo extraño en el sonido. No hay sonido directo. No hay sonido ambiente. Ha sido doblado y en algunos casos, muy mal. Durante el primer avistamiento, escuchamos el sonido constante del avión y una ráfaga de viento que será lo que de ahora en adelante entenderemos cómo el efecto habitual para describir que un ovni se acerca. En el cementerio, los enterradores trabajan en silencio, no existe ningún sonido en la escena. La música se eleva, los actores se asincronizan de su doblaje y el grito de miedo no logra mantener la tensión. Se evitará que se vea al actor en primer plano o medio frontal para que no se note demasiado que se ha metido con calzador. El anciano (Béla Lugosi) muere, para sugerirlo se escucha un grito de un joven fuera de plano. Se descubren
los cuerpos de los enterradores, la policía se entera de lo ocurrido en el cementerio por arte de magia y vemos un coche de policía (plano que se repetirá cuatro o cinco veces más) escuchando una sirena ensordecedora. Los policías salen de día, en el cementerio es de noche. Pero todos siguen allí para relatar lo sucedido. Sin sonido de fondo. La sirena del cementerio empieza a sonar, el volumen sube y baja al antojo del director para que los diálogos se escuchen mejor y se corta de repente. Un platillo volante deslumbra a la pareja para indicar su llegada, una ráfaga de viento sin sentido que se escucha y se corta bruscamente en cuestión de unos pocos segundos. Se hace el silencio, puesto que en ningún momento de la película hará acto de presencia el sonido ambiente. Para dar un tono de suspense meten una música. Solo se escucha la música durante bastante tiempo, luego unos disparos y un grito de joven para indicar que el detective Clay ha sido atacado (más teatral imposible). El bombardeo a los platillos por parte del ejército visualmente no tiene desperdicio, con imágenes desechadasde archivo de prácticas
militares enlazado con un personaje filmado en interior que intenta hacer ver que es el que está al mando. El sonido de las bombas es muy extraño y nada realista. Explotan en el aire y los impactos no se corresponden. Los platillos llegan a su base en el espacio y sigue escuchándose viento, algo imposible en ese lugar. No porque no haya viento, sino porque no hay sonido en espacio abierto. Pero ese efecto se entrecorta una y otra vez. Ya en la base, durante la charla de los alienígenas escuchamos un pitido constante de fondo. De vuelta al cementerio, el anciano ya resucitado escenas atrás de entre los muertos consigue entrar en la casa sin forzar la cerradura (originalmente, Lugosi entrando en su casa pero se adaptó para que todas las casas del americano de clase media fuesen iguales, porque el viejo sale de esa casa en la escena en la que muere donde se dice que es suya y posteriormente se le ve entrar pero ya es otra pareja la que lleva años viviendo allí), la mujer le ve entrar en la habitación y no existe ninguna reacción acústica. Ella se aparta pero no grita hasta que sale de plano (un grito que escucharemos repetido una y otra vez).

Se introduce una música de tambores repetitiva durante un largo rato pero no ocurre nada. El detective Clay sale de la tumba y la lápida de cartón piedra se cae dentro en un plano insertado que dura medio segundo. Un hombre sale de la nada (de día) conduciendo un coche y recoge a la mujer del piloto medio inconsciente en el suelo (de noche). Las escenas no se corresponden: cementerio-bosque / día-noche. Tras ello, un gran tiempo sin diálogos, hasta que de repente
llega la policía con su plano y sonido habitual. Nuevamente nos regalan una ráfaga de viento cuando el platillo volante despega. En ese momento los policías descubren que la tumba profanada es del detective Clay, y finaliza con un “tachán”. Y aquí uno de los momentos más alucinantes de la película, la reunión entre los dos militares donde uno le enseña al otro un aparato que traduce los sonidos provenientes de los intentos de contacto de la nave espacial con el planeta tierra. Cuando lo encienden y reproducen la traducción se escucha una voz masculina en locución perfecta con un reverb muy extraño que para nada tiene que ver con la sala en la que se encuentran. No parece venir del aparato. Posteriormente, un coche de policía en su plano habitual con su sirena se entrelaza con un plano de un ovni con sonido de viento y un coche blanco acompañado de un silencio sepulcral. Y vuelta a empezar. Se escucha una música de supuesta tensión. Cuando se acerca el muerto viviente, ninguno de los presentes en la reunión dice nada, todos están en silencio, la música se eleva a unos niveles atronadores. Solo cuando el anciano se le echa encima al policía y deja de verse en cuadro, se escuchan disparos y un grito que nos resultará
familiar. La nave lanza un rayo que acaba con el anciano, al levantar la capa aparece un esqueleto perfecto de clases de anatomía y otro “tachán” para remarcar una sorpresa que no existe. No hay tensión, ni suspense, ni terror en ningún momento (de la película). De vuelta a la nave alienígena, el sonido de apertura de la puerta suena muy extraño. Además los efectos sonoros, diálogos y música están a un volumen muy desequilibrado. El detective toca el metal de la nave con la mano, aprovechan para introducir un efecto y a un volumen fuera de contexto. El piloto sostiene un arma mientras está acompañado de un militar y un detective. Disparan al panel de control de la nave y el sonido de la bala parece corresponder al de un espacio abierto, pero están en un interior. Hay una pelea, sin sonido de forcejeo. Solo se escucha algo cuando tira los paneles pero se corta repentina y bruscamente. La nave comienza a echar humo no se sabe cómo. Mientras el forcejeo el detective está parado sin hacer nada. Solo hay música. Apertura de puerta, los humanos salen y la nave se eleva en el cielo ardiendo con su sonido ya clásico. Termina explotando con un sonido grave al tiempo que los humanos lo observan desde tierra sin haber aprendido nada de lo que los alienígenas querían advertirles.

Analizando los medios de la época usados en otras producciones que le fueron contemporáneas podremos afirmar que es un despropósito a todos los niveles. No logra dar realismo, suspense o tensión en ningún momento a lo largo de la película. Hay excesivos silencios. La música se usa de manera desproporcionada y sin meter efectos que acompañen. Las voces de los personajes salen del más completo silencio. Las situaciones que se crean no son verosímiles desde el estricto punto de vista del sonido, puesto que hay elementos que no hacen ruido y reacciones de personajes que vienen acompañadas de un silencio (véase cada vez que se acerca un muerto viviente a una posible víctima, cómo esta le observa en silencio sin gritar o emitir sonido alguno). Tal vez estemos hablando de una mala película, pero no quiere decir esto que de los errores que han cometido otros no pueda aprenderse. Ed Wood, no aprendió en demasía pero sus producciones posteriores fueron corrigiendo errores del pasado. Y para delicia nuestra podemos disfrutar de esas producciones hoy en día.

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