jueves, 31 de diciembre de 2009

La última anécdota del año

Esto no me va a dejar en buen lugar, pero ¿desde cuando me ha importado?

  • Fleish: "¿Sabes que ocurre de mezclar a Dave Grohl, el cantante de Foo Fighters (y batería de Nirvana), a Josh Homme, guitarrista de Queen of Stone Age, y John Paul Jones, el bajista de Led Zeppelin?"
  • Gattopardo: "Mmmm... ¿un guitar hero?"
  • Fleish: "... (¿porqué te sigo hablando?)."

No señores, la respuesta debajo de estas líneas. ¡Próspero 2010!



domingo, 27 de diciembre de 2009

Torsos de "Teleindiscreta"


La visita a librerías especializadas se está convirtiendo en un ritual. Fascículos inútiles y prensa rosa se mezclan con publicaciones de lo más curiosas. Entre las estanterías descubrí un ejemplar editado por Glenat de “Chicos de carpeta (Más de 100 machotes y guapitos de los 70s y 80s”. No se refiere a que no tengan sensibilidad en la cara… bueno, podría ser, ya que algunos de ellos son actores y tienen un solo registro (también llamado “síndrome Keanu Reeves o el hombre perchero” pero, ¿a quién le importa?). Me refiero ni más ni menos a aquellos varones que causaban suspiros entre las jovencitas y cuyas fotos adornaban sus carpetas y las paredes de sus habitaciones. “Pelo en pecho, hombre de provecho”. No, no vamos a hablar aquí de una secuela más de la película protagonizada por Michael J. Fox, sino que haremos una pequeña selección de una decena de aquellos iconos (así que señoras, ya saben, tomen su dosis de bromuro o átense a la silla).

Lorenzo Lamas

El rey de las camas”. Nunca supe si había un doble sentido en ese sobrenombre. “Falcon Crest” su trampolín al estrellato, “Renegado” su triple tirabuzón. Su carrera comenzó con un musical, “Grease” y lo gracioso del asunto es que ha llegado a nuestros días trabajando en televisión y cine (serie B). Supongo que tiene muchos detractores, puesto que al intentar acceder a su página web oficial, el sistema me saltó con un intento de intrusión de un virus informático. Lorenzo, ¿qué les has hecho que no te quieren? El presente es más que jugoso, el año pasado participó en la segunda edición de Gone Country, un programa donde tenía que demostrar sus habilidades como cantante country y como colofón, Leave it to Lamas” (Déjaselo a los Lamas), un reality show del que será protagonista y donde nos presentará a su familia… Como si nosotros quisiéramos conocerla.

David Hasselhoff

Cantante y actor… se me ponen los pelos de punta al recordar que tiene 14 discos publicados…Michael Knight nunca llego a ser muy creíble. Bueno, ninguna serie de los 80 lo era. Pero años después tampoco consiguió que mejorara la cosa con su interpretación en “Baywatch” (culto al cuerpo y los bañadores rojos) y en su intento desesperado con “Los Vigilantes de la noche” interpretando al mismo personaje de la anterior. ¿De verdad alguien pensó que saldría bien esa serie? Pues duró inexplicablemente 3 temporadas. Después probó suerte haciendo de Nick Furia en un piloto para una nueva serie… que fracasó. Lo demás, cameos y pequeños proyectos, uno de ellos a las órdenes del prolífico John Waters. Su interpretación más decente la tienen ustedes bajo estas líneas (¿Cómo?, ¿que no estaba interpretando?).

Luck Perry

Comparable a Micky Rooney o Joselito, manteniendo el secreto de su eterna juventud y protagonizando a personajes 20 años más jóvenes que él. Su sitio web no tiene desperdicio. Aunque muchos lo duden, no está muerto y no, no es octogenario. Tiene 43 años (y durante todo ese tiempo se ha empeñado en vivir de la interpretación… algunos no aprenden). Su papel más destacable (más allá de “90210, número de veces que Perry tenía que repetir sus escenas), en “El Quinto Elemento” de Luc Besson, donde muere, la música nos envuelve y todos aplaudimos.


Burt Reinolds

El “Bigotón Reinolds” era consciente de que su espesa mata de pelo en su torso haría las delicias de las féminas. Tiene célebres trabajos que no vamos a recordar (porque me da pereza, más que nada), ha tenido sus grandes actuaciones y sus descalabros, y un pelazo que ya lo querría más de uno. Esta foto, que más de uno la quisiera para la cabecera de su cama, siempre me recordó a su sex-appeal como congresista David Dilbeck. Ciertos actores no saben decir que no.


Los Pecos

Conocidos como el “rubio” y el “moreno” (o “Zipi y Zape”), ahora lo son por el “calvo” y el “menos calvo”. Hacían “música” para adolescentes y durante los años 70 y 80 y “como por arte de magia” llegaron a vender discos en cantidades desproporcionadas. Sí, es cierto, todas sus canciones tienen un tufillo dulzón y demasiado uniforme. En otras palabras, se parecen a Dan Brown al que cuenta el chiste que le preguntaron el porqué de no sacar una novela en tanto tiempo, y el escritor respondió “porque no había descubierto la herramienta ‘sinónimos’ en Word”. Lo que unos llaman estilo, otros lo llaman “corta y pega”. ¡Que vivan los pelucones y la laca!


Rob Lowe

Un chico guapete que se las prometía felices, tuvo unos comienzos afortunados con otros actores que despuntarían (y se convertirían también en chicos carpeta) en “Rebeldes” de Francis Ford Coppola. Después decidió que podía ser mejor actor e hizo un notable trabajo en “Square Dance”. Tras otros trabajos de relativo éxito se dejó consumir por las drogas y el alcohol. La puntilla, el video porno amateur que se hizo público entre él y una menor. Tras una condena de trabajos a la comunidad, lo intentó con la política apoyando a Schwarzenegger, aun habiendo sido un conocido demócrata.


Jorge Sanz

Si Rob Lowe se vendió ante el gobernador de California, este representante de nuestro producto nacional es el doble del mismo. Corpulento, alto y estilizado, Jorge Sanz cautivó con su increíble físico y sus dotes interpretativas para desenvolverse en cualquier tipo de registro a las tiernas adolescentes del momento. El clímax de su carrera actoral llegó con la gran serie “El Inquilino” donde hacía de un extraterrestre en una “se-ríe” de lo más verosímil e interesante. Se dice que David Duchovny se quedó tan prendado de Chuby, el alienígena, cuando buscaba extraterrestres como Fox Mulder que se vio toda la filmografía de este gran actor (haciendo gala de su gran estómago) y en ella descubrió la inspiración para dar forma a su personaje de Californication. Y eso es, porque Jorge siempre fue y sigue siendo un ligón y un guaperas.

Camilo Sesto

No vamos a decir lo buen cantante que es, puesto que ya se encarga el mismo de hacerlo. No es justo juzgar a un gran artista por su aspecto a los 60 años, casi fantasmagórico, que enfermizamente pretende agarrarse con todas sus fuerzas al éxito que una vez tuvo y a una juventud que mucho tiempo atrás le abandonó. Pocos artistas españoles han conseguido lo que él, interpretar a Jesucristo en un musical y conseguir éxitos a nivel internacional en una carrera que dura más de 4 décadas. Este año ya amenazó con dejar definitivamente los escenarios. Cómo apunta él mismo en el prólogo de su biografía, "¿Qué quién es Camilo Blanes?" "Escucha las canciones de Camilo Sesto." Y es que Camilo, “mola mazo”.



Jean Claude-Van Damme

¿Quién no le ha visto el culo alguna vez a JCVD? Este actor belga está obsesionado con sus posaderas y abrirse de piernas (mítica pose de “Retroceder nunca, rendirse jamás”). Como fiel seguidor de su filmografía desde mi más tierna infancia, creo que lo que tiene en la cabeza es una deformación genética, no un chichón que le hizo tener la mirada perdida y poco paralela. Su carrera ha sido como una montaña rusa, consiguiendo estar en lo más alto de la serie B, protagonizando grandes éxitos de taquilla como “Timecop” o “Soldado Universal”. Algo que le hizo creerse que sabía hacer más que bailar y dar patadas al aire. Gran error. Se pasó a la dirección debutando con “The Quest” donde el luchador representante de España viste y pelea como si bailase flamenco. Lo siguió intentando, pero sus excesos con las “drojas”, alcohol y mujeres (estuvo liado con Carolina de Mónaco, algo que pudo hacer que Rob Low y él tuviesen un parentesco) acabaron con destrozar su economía y poco crédito. Es entonces cuando se convirtió en un invitado recurrente en los programas de prensa rosa franceses. Su monólogo en la película “JCVD” es impagable. Empezó en el cine haciendo de “Gay Karate man” en “Mónaco Forever”. Poco después hizo “Breakin’” donde en una primera edición no aparecía en los créditos y posteriormente al hacerse famoso fue puesto en portada como protagonista… juzguen ustedes su gran papel en el vídeo de más abajo. El resto, testosterona, muchos mamporros y sudor.

Bryan Ferry

Si “Varón Dandi” tuviese una personificación, esa sería nuestro amigo. Pocos cantantes han sacado tantos “best of” como Bryan Ferry. Desde Spandau Ballet, pasando por Roxy Music hasta sus años en solitario, ha sido siempre fiel a su estilo seductor con tupé y pecho palomo. Encarnación del bohemio romántico, ha hecho del bourbon una bebida rentable en su país. Ocasionalmente se le ha visto en la gran pantalla, destacable su papel en “Breakfast On Pluto”. Parafraseando a los Siniestro Total: “¿sabías que a Bryan Ferry le huele el aliento?”.


Muchos quedaron fuera: Emilio Estévez, Dolph Lundgren, John Travolta, David Soul, Tom Cruise,… (todos ellos ya muertos artísticamente hablando). Algunos de ellos los retomaremos en próximos post, otros ya han caído en el olvido y no se merecen que los rescatemos. Se admiten sugerencias.


PD: ¡Felices y sórdidas fiestas a todos/as!

lunes, 21 de diciembre de 2009

El "Avatar" como método de evasión.


Mucho se ha dicho sobre James Cameron (antesbarbudoahoracanoso, rico y exitoso, ya sabéis), es un tipo que es capaz de hacer una película en tanto tiempo y dinero como Axel Rose un disco y así romper todos los récords (aunque con resultados muy diferentes). Anoche me coloqué las “gafas 3D” en el cine y me dispuse a ver la película más cara de la historia. Al salir, me dolían las rodillas y los codos de estar pegado a la butaca casi las 3 horas que dura, no es una película es una experiencia. La mayor parte de los films que usan la técnica estereoscópica lo hacen como fin estético, percibir unos objetos más cerca que otros y poder crear así una sensación de profundidad mucho mayor. Cameron en cambio utiliza este recurso como método narrativo, nos cuenta algo.

La historia no es original, pero me hizo pensar. Un ex-marine, Jack Sully, es enviado al planeta Pandora, donde existe un mineral muy preciado por el hombre y la misión de este será convencer a los nativos (los Na’vi) que se dejen explotar y expoliar por los terrestres. Para ganarse su confianza y moverse libremente por ese mundo (de atmósfera tóxica para el hombre) tomará control de un avatar, una mezcla entre humano y Na’vi que ha sido desarrollado genéticamente ex profeso. Al final, el soldado acaba perdiendo la noción de lo que es realidad y no lo es. ¿No nos recuerda acaso a ciertos juegos de rol online o a las identidades que se pueden tomar en Internet? Una experiencia que puede tornarse muy enfermiza. Sully preferirá la vida forjada con su Avatar, en un mundo diferente con sus propias reglas, proyectando en él todas aquellas carencias que en realidad tiene. En su caso al ser minusválido, el poder correr (historia de amor incluida). ¿No nos suena familiar aunque con otra máscara? La diferencia es abismal no obstante. En la ficción del cine, el ex-marine vive en ese mundo y convive realmente con sus gentes, puede tocarlos, sentir como ellos.

Creo que todos aquellos que hayan seguido la trayectoria del director, estarán de acuerdo que en gran medida, tiene sello propio. Sobre todo porque la historia que cuenta en Avatar nos recuerda a lo visto en “Aliens: El regreso” y resulta más que previsible. Además, el comportamiento de los Na’vi puede resultar humano en exceso (también se besan en la boca, fíjate tú). Pese a ello es una elección obligada en la cartelera. Así que señora, olvídese de su permanente por unas horas, póngase las gafas y disfrute del viaje (ya podían aprender los de Alsa).


Editado el 17 de Enero de 2010: Aquí os dejo una viñeta que me ha hecho mucha gracia de Juanjo Escofet, publicada en www.runtimecomics.com


miércoles, 2 de septiembre de 2009

El sonido en Plan 9. Una vuelta más de tuerca al genio de la desfachatez

Las películas de los años 30, 40 e incluso 50, se caracterizaban por tener unos efectos de sonido enlatado y artificial. Originarios del teatro, donde se solía utilizar para imitar los sonidos provenientes de la naturaleza, en los años 30 encontró su expansión y perfeccionamiento con la radio. La necesidad de conseguir el máximo realismo posible para poder realzar el dramatismo de las narraciones sonoras que se realizaban en ese medio hizo también que los mecanismos tradicionales de generación de efectos fuesen modificándose. Planchas metálicas, muelles, instrumentos de percusión, bocinas, silbatos, etc.Llegaron al cine con la película “Aleluya” de King Vidor (1929). Durante los años siguientes se utilizó para reforzar situaciones cómicas o dramáticas.

En 1956, Edward D. Wood Jr. (1924-1978) sufrió la pérdida de su amigo y estrella de sus películas Béla Lugosi. Tres años más tarde, escribió un guión para un largometraje intentando ajustarlo para incluir las últimas escenas rodadas por este, que ocupaban 5 minutos. Wood tardó 2 semanas en terminarlo. Con un presupuesto miserable y 79 minutos de metraje, vio la luz “Plan 9 From Outer Space”, considerada una de las peores películas de la historia del cine.

Mucho se ha escrito sobre los enormes errores visuales que se encuentran en la pieza, algo que la ha convertido en objeto de culto. Por ello, nos centraremos más en el sonido. Wood solía trabajar siempre con el mismo equipo de personas. En este caso repitieron Dale Knight en el sonido y Gordon Zahler cómo supervisor musical. Ambos ya se conocían de la serie “26 Men”, basado en historias reales de los rangers de Arizona de principios del s. XX. El primero de ellos siguió haciendo el sonido en películas de ciencia ficción de serie B, la más destacable sería “The Secret Invasión” de Roger Corman, un productor y director de largometrajes del género de bajo presupuesto. Destacable es la presencia de Mickey Rooney en este film (sí, sigue vivo). Zahler se dedicó a supervisar la música de series de superhéroes y largometrajes de terror. Caso más extravagante sería el de Charles Duncan, encargado de los efectos especiales y que llegó a trabajar con Samuel Fuller en su famosa “Shock Corridor”. Por el contrario, colaboró en “The Cosmic Man” de Herbert S. Greene, donde los efectos especiales y sonoros son todo un poema.

Analizando a fondo “Plan 9 From Outer Space” percibimos que es una película inconexa y sin sonido ambiente, lo que da una sensación de vacío y teatralidad muy extraña. Los efectos sonoros son muy artificiales y reducidos. No existe foley, entre otras cosas porque su creador todavía no había nacido. Se hace excesivo uso de la música y de manera erronea. Pero no adelantemos conclusiones, vayamos paso a paso.

Comenzamos la película y lo primero que llama la atención es la música que no acompaña con el supuesto género de la película, puesto que parece más apropiada para el NO-DO, mientras Criswell (el adivino) nos adelanta la espeluznante historia que vamos a ver. Un trueno nos despierta sin venir a cuento en imagen y sonido para dar paso al relato. La música cambia en ese momento para mostrarnos los créditos a ritmo de tambores. Otro trueno, esta vez para mostrarnos el nombre del director. Tras ello nos llamará la atención lo mal encuadrados que están los planos, pero también
notaremos algo extraño en el sonido. No hay sonido directo. No hay sonido ambiente. Ha sido doblado y en algunos casos, muy mal. Durante el primer avistamiento, escuchamos el sonido constante del avión y una ráfaga de viento que será lo que de ahora en adelante entenderemos cómo el efecto habitual para describir que un ovni se acerca. En el cementerio, los enterradores trabajan en silencio, no existe ningún sonido en la escena. La música se eleva, los actores se asincronizan de su doblaje y el grito de miedo no logra mantener la tensión. Se evitará que se vea al actor en primer plano o medio frontal para que no se note demasiado que se ha metido con calzador. El anciano (Béla Lugosi) muere, para sugerirlo se escucha un grito de un joven fuera de plano. Se descubren
los cuerpos de los enterradores, la policía se entera de lo ocurrido en el cementerio por arte de magia y vemos un coche de policía (plano que se repetirá cuatro o cinco veces más) escuchando una sirena ensordecedora. Los policías salen de día, en el cementerio es de noche. Pero todos siguen allí para relatar lo sucedido. Sin sonido de fondo. La sirena del cementerio empieza a sonar, el volumen sube y baja al antojo del director para que los diálogos se escuchen mejor y se corta de repente. Un platillo volante deslumbra a la pareja para indicar su llegada, una ráfaga de viento sin sentido que se escucha y se corta bruscamente en cuestión de unos pocos segundos. Se hace el silencio, puesto que en ningún momento de la película hará acto de presencia el sonido ambiente. Para dar un tono de suspense meten una música. Solo se escucha la música durante bastante tiempo, luego unos disparos y un grito de joven para indicar que el detective Clay ha sido atacado (más teatral imposible). El bombardeo a los platillos por parte del ejército visualmente no tiene desperdicio, con imágenes desechadasde archivo de prácticas
militares enlazado con un personaje filmado en interior que intenta hacer ver que es el que está al mando. El sonido de las bombas es muy extraño y nada realista. Explotan en el aire y los impactos no se corresponden. Los platillos llegan a su base en el espacio y sigue escuchándose viento, algo imposible en ese lugar. No porque no haya viento, sino porque no hay sonido en espacio abierto. Pero ese efecto se entrecorta una y otra vez. Ya en la base, durante la charla de los alienígenas escuchamos un pitido constante de fondo. De vuelta al cementerio, el anciano ya resucitado escenas atrás de entre los muertos consigue entrar en la casa sin forzar la cerradura (originalmente, Lugosi entrando en su casa pero se adaptó para que todas las casas del americano de clase media fuesen iguales, porque el viejo sale de esa casa en la escena en la que muere donde se dice que es suya y posteriormente se le ve entrar pero ya es otra pareja la que lleva años viviendo allí), la mujer le ve entrar en la habitación y no existe ninguna reacción acústica. Ella se aparta pero no grita hasta que sale de plano (un grito que escucharemos repetido una y otra vez).

Se introduce una música de tambores repetitiva durante un largo rato pero no ocurre nada. El detective Clay sale de la tumba y la lápida de cartón piedra se cae dentro en un plano insertado que dura medio segundo. Un hombre sale de la nada (de día) conduciendo un coche y recoge a la mujer del piloto medio inconsciente en el suelo (de noche). Las escenas no se corresponden: cementerio-bosque / día-noche. Tras ello, un gran tiempo sin diálogos, hasta que de repente
llega la policía con su plano y sonido habitual. Nuevamente nos regalan una ráfaga de viento cuando el platillo volante despega. En ese momento los policías descubren que la tumba profanada es del detective Clay, y finaliza con un “tachán”. Y aquí uno de los momentos más alucinantes de la película, la reunión entre los dos militares donde uno le enseña al otro un aparato que traduce los sonidos provenientes de los intentos de contacto de la nave espacial con el planeta tierra. Cuando lo encienden y reproducen la traducción se escucha una voz masculina en locución perfecta con un reverb muy extraño que para nada tiene que ver con la sala en la que se encuentran. No parece venir del aparato. Posteriormente, un coche de policía en su plano habitual con su sirena se entrelaza con un plano de un ovni con sonido de viento y un coche blanco acompañado de un silencio sepulcral. Y vuelta a empezar. Se escucha una música de supuesta tensión. Cuando se acerca el muerto viviente, ninguno de los presentes en la reunión dice nada, todos están en silencio, la música se eleva a unos niveles atronadores. Solo cuando el anciano se le echa encima al policía y deja de verse en cuadro, se escuchan disparos y un grito que nos resultará
familiar. La nave lanza un rayo que acaba con el anciano, al levantar la capa aparece un esqueleto perfecto de clases de anatomía y otro “tachán” para remarcar una sorpresa que no existe. No hay tensión, ni suspense, ni terror en ningún momento (de la película). De vuelta a la nave alienígena, el sonido de apertura de la puerta suena muy extraño. Además los efectos sonoros, diálogos y música están a un volumen muy desequilibrado. El detective toca el metal de la nave con la mano, aprovechan para introducir un efecto y a un volumen fuera de contexto. El piloto sostiene un arma mientras está acompañado de un militar y un detective. Disparan al panel de control de la nave y el sonido de la bala parece corresponder al de un espacio abierto, pero están en un interior. Hay una pelea, sin sonido de forcejeo. Solo se escucha algo cuando tira los paneles pero se corta repentina y bruscamente. La nave comienza a echar humo no se sabe cómo. Mientras el forcejeo el detective está parado sin hacer nada. Solo hay música. Apertura de puerta, los humanos salen y la nave se eleva en el cielo ardiendo con su sonido ya clásico. Termina explotando con un sonido grave al tiempo que los humanos lo observan desde tierra sin haber aprendido nada de lo que los alienígenas querían advertirles.

Analizando los medios de la época usados en otras producciones que le fueron contemporáneas podremos afirmar que es un despropósito a todos los niveles. No logra dar realismo, suspense o tensión en ningún momento a lo largo de la película. Hay excesivos silencios. La música se usa de manera desproporcionada y sin meter efectos que acompañen. Las voces de los personajes salen del más completo silencio. Las situaciones que se crean no son verosímiles desde el estricto punto de vista del sonido, puesto que hay elementos que no hacen ruido y reacciones de personajes que vienen acompañadas de un silencio (véase cada vez que se acerca un muerto viviente a una posible víctima, cómo esta le observa en silencio sin gritar o emitir sonido alguno). Tal vez estemos hablando de una mala película, pero no quiere decir esto que de los errores que han cometido otros no pueda aprenderse. Ed Wood, no aprendió en demasía pero sus producciones posteriores fueron corrigiendo errores del pasado. Y para delicia nuestra podemos disfrutar de esas producciones hoy en día.