martes, 23 de julio de 2013

La nostalgia es una mierda. Parte I: Cómo crear un (nuevo) trauma a la generación de Naranjito.

Es un hecho, la nostalgia es una mierda. Esa ilusión que mantenemos en nuestra memoria con recuerdos parciales, edulcorados y distorsionados de aquello que (se supone) una vez fue. Si todo quedase ahí no distaría mucho de los retoques de Photoshop, de los perfiles de Facebook o el programa electoral del PP. El problema es enfrentarse a la cruda realidad. Y esto es algo que tarde o temprano sucede. La nostalgia es un instrumento de unión, pero también es un arma de destrucción masiva. Y hace un par de días, a mi, me han creado un pequeño trauma durante la comida que quiero compartir con vosotr@s para que, de este modo, tengamos otra cosa en común.

Tod@s recordamos aquellas series de los 80 y los 90 con extrema candidez. Esos bellos recuerdos de cuando eramos niños y nos pasábamos las horas delante del televisor viendo mierda que nuestros pequeños y frágiles cerebros no llegaban a captar en su extrema sordidez y nos llevaba a tomar roles en los recreos de aquello que habíamos visto. Un ejemplo más de que eramos extremadamente manipulables. Recuerdo haber visto una película bélica y, acto seguido, tener ganas de jugar a los soldados con mis G.I.Joe o ver el Wrestling (Pressing Catch) y querer emular a Hulk Hogan o El Último Guerrero, como héroes que eran a nuestros ojos, lanzándome al sofá de un salto. Volver allá donde ya no queda nada sólo puede crear decepción. Volver a ver clásicos como 'Los Inmortales' o 'El Señor de las Bestias' significa lo mismo que volver a ver a tu amor platónico del colegio a los 40, nada bueno puede salir de eso.

Cuanto daño ha hecho el croma...


Hablando con unos amigos italianos y malteses sobre la puta manía que tenían en nuestros países de cambiar los títulos, los nombres de los personajes y las canciones originales en películas, series y dibujos animados nos hemos llevado un pequeño susto. Esas personas encargadas de manipular nuestras mentes parecían tomar sus elecciones de manera muy arbitraria. Pero a veces hay una razón más oscura detrás. Una conspiración general bien orquestada en la que el paso del tiempo sólo hará que la caída sea más fuerte. En este caso concreto, hablo de la 'promiscuidad de los openings' en las series de animación. Está claro que 'Parchís' no cantaba la canción original de 'Comando G', sino que era sólo en la versión española. El problema es cuando hay un intercambio de parejas entre países vecinos, puede crear un cortocircuíto en la memoria y una crisis financiera en el Mediterráneo. ¡Malditos, lo tenían todo bien pensado!

Probemos con esto, primero con el opening de 'Oliver y Benji' en España:


Todos reconocemos la canción, ¿verdad? Ahora vean el opening de 'Lupin III' en italiano:


¿Ven a lo que me refiero? En Italia, se utilizó esta canción ñoña para 'Oliver y Benji' (allí 'Holly e Benji', ninguno de los nombres se corresponde con los originales, claro está):


¿Suficiente trauma? ¿Aún no? Bueno, pues mejor será no revisar aquellos cómics de Masakazu Katsura que una vez compraste. ¿Esta es la razón por la que algunas series han sido reiniciadas para mejorar el dibujo y quitar el relleno? ¿Es la razón por la que Hollywood hace remakes y reboots? ¡Claro que no! Peliculas como 'La Princesa Prometida' ('The Princess Bride'), 'El Cuervo' o la trilogía de Sam Raimi de 'Spiderman' todavía tenían un referente suficientemente bueno (en el caso de las dos primeras) o un cadáver aún caliente (en el caso del superhéroe). ¿Falta de ideas? ¿Dinero? Obviamente. Para la promiscuidad ya estaba el fanfic, lástima que las grandes compañías estén dispuestas a corromper todo.


Aquí, una excelente trabajo de un fan de Lupin y Metal Gear Solid.


Ahora bien, ¿conocéis algún otro caso de intercambio de canciones en los openings de las series de animación entre diferentes países?

viernes, 22 de febrero de 2013

Un repaso al cine del 2012. Parte III.



El circo de la Academia.
(Artículo que originalmente iba a ser publicado el 23 de Febrero de 2013 en Diario Siglo XXI)


Con los premios Oscar a la vuelta de la esquina, los BAFTA entregados hace unas semanas y, recientemente, los Goya usados para tapar las vergüenzas del cine español, uno llega a darse cuenta del peso que realmente tienen estos premios. Unos más que otros, por supuesto. Un apunte muy esclarecedor es el papel que juegan las grandes productoras en las nominaciones. ¿Cómo es posible que una película como ‘El lado bueno de las cosas’ (‘Silver Linings Playbook’) se haya presentado como un ciclón en los Globos de Oro, en los del Sindicato de Actores y haya recibido tan importantes nominaciones a los Oscar? La respuesta es muy sencilla, está detrás de ella la productora todopoderosa de los Weinstein. Si estos quieren vender una película, ¿qué mejor manera de hacerlo que sacándola en un escaparate como este? Como más adelante comentaré, la película no lo merece en absoluto. Pero lo mismo pasa con ‘Grupo 7’ en el contexto español. ¿Alguien se cree que es posible que una película protagonizada por Mario Casas pueda llevarse uno de los premios gordos? Si no estuviesen detrás tres televisiones comandadas por RTVE, dudo mucho que hubiese llegado tan lejos. Pero una cosa son las nominaciones, donde hay mucho amiguismo, y otra que los premios no sean justos, así que al final podrán encontrar mi quiniela personal para los Oscars. Empezamos:


De viajes en el tiempo y fallos de raccord.


Los fallos de continuidad o de raccord son aquellos que hacen que dos o más planos consecutivos de una misma secuencia tengan algún tipo de error de concordancia, algo muy frecuente cuando hablamos de viajes en el tiempo. Más aún si intentamos ver la coherencia a la historia a través de las leyes de la física presentadas en la propia película. No suelen ser consecuentes y, precisamente, eso es lo que les pasa a las dos películas de esta sección. Looper es un film que se va disolviendo según avanza la trama. Con un punto de partida muy prometedor, la llegada del personaje de Bruce Willis al pasado hace que la historia se tambalee, hasta tal punto que aquellos que intentaban realizar una verosimilitud espacio-temporal caen en la incoherencia forzando un final imposible. Ninguna de las interpretaciones es digna de elogio ni tampoco la puesta en escena. Hablamos de un film que prometía y que nunca llegó a cumplir mínimamente las expectativas. Mi nota, un 6/10.



El siguiente título es Men in Black III, un blockbuster sin pretensiones que presenta un capítulo más de la trilogía. Todo lo comentado en la película anterior es bien válido para esta, pero con una diferencia, ‘Men in Black III’ no engaña. Es un film cómico con dosis de acción y efectos especiales y, como tal, uno no puede ser tan riguroso como con aquellas obras que venden aire en circuitos más elevados. Cierto es que Will Smith nunca se encuentra con su yo al viajar al pasado en la escena final y que, pese a estar herido por el malo de turno (interpretado por el Conchord, Jemaine Clement), vuelve como una rosa saltándose las leyes de la física que en otros casos sí se habían seguido a rajatabla. Pese a ello, es un film entretenido, sin más. Mi nota, un 6/10.





Esclavismo como tema de fondo.


El esclavismo siempre ha sido un tema que le ha llamado la atención a Spielberg, quien en 1997 ya dirigió, bajo esta misma temática, ‘Amistad’. Pero también le apasionan los biopics u obras biográficas, como demostró en ‘La lista de Schindler’, las películas bélicas basadas en una historia real (‘Munich’, ‘Salvar al soldado Ryan’) o en obras literarias (‘Caballo de Batalla’ y, otra vez, ‘Munich’), pero sobre todo le gusta hacer películas largas y densas. Así que, una vez más, este famoso judío se embarca en un proyecto que tiene todos estos alicientes y que ha recibido 12 nominaciones a los Oscars, Lincoln. Este film, que trata los últimos meses de la vida de un héroe nacional como el presidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln, es un producto seguro. Pese a que Daniel Day-Lewis hace un gran trabajo interpretativo al meterse en el papel del espigado político, casi cualquier actor que lo hubiese encarnado se llevaría una nominación segura. Es el típico producto que le encanta a la industria de Hollywood, a los partidos políticos y a la iglesia. Además, llega en plena conmemoración de los 150 años de la batalla de Gettysburg, por lo que se ha aprovechado el tirón de esta superproducción para saturar el mercado con la figura del carismático presidente (‘Abraham Lincoln: Vampire Hunter’, la burda copia de The Assylum, ‘Abraham Lincoln vs. Zombies’, y la TV-movie ‘Killing Lincoln’). El film exige conocer mínimamente la historia norteamericana y haberse tomado tres cafés bien cargados. El ritmo es mayormente lento aunque variable y el discurso político no deja respirar. Tal vez, su mayor problema sea la presentación de un Lincoln forzadamente entrañable que cuenta batallitas a modo de parábolas, con una inteligencia superior a la de cualquier mortal que le rodee y con una expresión conciliadora pero invariable. Spielberg se esfuerza por mostrar el contexto histórico con el que Abraham tuvo que lidiar para ensalzar la figura de un héroe perseguido, incomprendido y demasiado avanzado para su tiempo, haciendo a su personaje bastante edulcorado, en mi opinión. Con decisiones tanto afortunadas como otras que no lo son tanto, Steven acierta al no mostrar el asesinato de Lincoln. Mi nota, un 7.5/10.



La otra película que ha explotado el tema del esclavismo ha sido Django desencadenado, una película que inexplicablemente se ha llevado el BAFTA al mejor guión original. Tarantino sigue viviendo de la renta. Enlaza terriblemente mal media docena de diálogos brillantes y hace una historia larga, mal articulada y evidentemente incoherente. Está claro que no le interesa hacer un guión decente. ¿Para qué? Si le van a dar premios por su historial y por tener a los Weinstein a su espalda. Django es una película bastante pobre y bastante predecible, un cliché constante que no sigue las reglas que él mismo ha planteado. Agota. Engaña. Aburre. Últimamente, este señor hinchado no da una, no tiene suficiente con hacer películas de sangre fácil y violencia gratuita con un argumento trillado y mal estructurado, es que encima quiere alargarlo hasta el infinito. Ahora, prepara la tercera parte de ‘Kill Bill’. ¿No habían matado ya a Bill? Sea como fuere, esta película hace a ‘Malditos Bastardos’ un buen film. Mi nota, un 6/10.



De espionaje e infiltración.


Uno de las estatuillas menos discutidas es la que, probablemente, se lleve Adele por interpretar el tema central de Skyfall, y se lo merece. Esta nueva aventura del agente más famoso del servicio de inteligencia británico mejora, sin duda, el mal sabor de boca que dejó el tostón infumable de ‘Quantum of Solace’. La gran actuación de Javier Bardem interpretando a un ex agente rubio platino que hará las veces de antagonista de Bond, unida a la indestructibilidad y la chulería machista de éste, hace que uno se ponga en el bando del carismático villano. Precisamente, la inverosimilitud de algunas de las secuencias mostradas y del desarrollo argumental, y de un final de lo más patético visto en el cine de acción de gran presupuesto, hacen de ‘Skyfall’ una película ‘tan sólo’ entretenida. Mi nota, un 7/10.




El turno es ahora para una de los films más controvertidos el pasado año, La noche más oscura, que cuenta el seguimiento, incursión militar y asesinato de Osama Bin Laden por manos del servicio de inteligencia de los Estados Unidos de América. Recordando mucho a ‘Syriana’ y a la serie ‘Homeland’, Kathryn Bigelow vuelve a dirigir una película de corte militar, como ya lo hiciese con ‘En tierra hostil’. Esta pieza, bien estructurada y documentada, cuenta con grandes interpretaciones que, como era de esperar, no evitan la sensación de tedio por su elevada duración. En este caso, parece completamente gratuita, ya que hay momentos en los que las escenas se alargan mucho más de lo necesario. No obstante, una película recomendable. Mi nota, un 7/10.




Por último está Argo, una película sencilla y digerible de la que yo no me esperaba mucho por ser Ben Affleck quien la protagonizaba y dirigía. Me sorprendió agradablemente. No es extraño que, de los films que están nominados a los Oscar como ‘Mejor Película’, ésta suene con gran fuerza. Cierto es que no es espectacular ni memorable, pero este año, como anteriormente se comentaba, hay que conformarse con lo que hay, que es más bien poco. Basada en una historia real y en la novela del mismo nombre, todos los personajes se parecen mucho a sus originales menos Affleck, como no podía ser de otro modo, en un ejercicio de egocentrismo bastante inadecuado. La trama es sencilla, la embajada estadounidense en Irán ha sido tomada por un grupo rebelde, secundado por la mayoría de la población, que protesta contra la política de Estados Unidos de dar asilo a su antiguo dictador y genocida, el cual había sido alzado en el poder por los norteamericanos y derrocado por una revolución popular tras muchos años de barbarie. Seis trabajadores de la embajada logran escapar a la de sus aliados canadienses, el resto permanecen secuestrados en el edificio. Las semanas pasan y el conflicto se agrava, los controles se agudizan y el margen de acción del gobierno americano para sacar de allí a sus compatriotas es casi nulo. En pleno apogeo de las películas de ciencia ficción como ‘Star Wars’ y ‘Star Trek’, el experto en negociación encargado de la operación de salvamento, decide entrar en el país haciéndose pasar un productor en busca de localizaciones para una nueva película y, de este modo, conseguir sacar a los refugiados como miembros de su equipo. Mi nota, un 8/10.



El arco de transformación.


Cuando en narrativa hablamos del ‘arco de transformación de un personaje’ nos referimos al grado de modificación de la conducta de este y sus motivaciones desde el principio hasta el final de la obra. En esta sección, he elegido dos películas que tratan precisamente de eso, del cambio. En The Master, Joaquin Phoenix interpreta a Freddie Quell, un veterano de la marina que padece un desorden de estrés post-traumático que le provocan un comportamiento impredecible y una serie de alucinaciones. Esto, unido a la falta de tratamiento para su enfermedad y su afición a la bebida (y a preparar cócteles con cualquier cosa que se le ponga en frente) lo convierten en una bomba de relojería. Una noche, se cuela como polizón en un barco donde celebran una fiesta, lo que le llevará a conocer a Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), el líder de una secta llamada ‘La Causa’. Desde ese momento, Lancaster trabajará con Freddie intentando cambiar su conducta a base de regresiones hipnóticas y ejercicios de coordinación. El punto fuerte de este film es, aparte de sus excelentes interpretaciones, el morbo que despierta el que esté basado en el origen de la Cienciología y en sus principales artífices (todos los personajes que giran en torno a ‘La Causa’ tienen su correspondencia en la realidad). Por lo demás, la película no tiene mucho que ofrecer. A veces confusa, otras aburrida, se podría decir que, en la escala de calidad de Paul Thomas Anderson, ‘The Master’ se situaría entre ‘Pozos de Ambición’ y ‘Magnolia’. Mi nota, un 7/10.



Flight, de Robert Zemekis, es, sobre todo, una película bastante prescindible. Su historia podía ser mínimamente interesante si se hubiese orientado de otra manera. Whip Whitaker (Denzel Washington), un piloto alcohólico de una aerolínea internacional salva a la mayoría de los pasajeros y la tripulación en un accidente aéreo con una serie de maniobras imposibles. El problema es que murieron 6 personas y él iba borracho. Parece una comedia, pero no lo es. En el hospital donde se recupera de sus heridas conoce a Nicole, una ex-fotógrafa adicta a las drogas y se van a vivir juntos. En serio, no es una comedia. La compañía lo protege, oculta pruebas en su contra y se erige como un héroe ante la opinión pública. Mientras avanza la investigación de las causas que provocaron el accidente, él sigue saboteándose a sí mismo una y otra vez con el alcohol en vistas, reuniones y dejándose ver en sitios públicos completamente ebrio, en contra de los consejos de sus abogados. De verdad, no es una comedia aunque lo parezca. Whip es un mentiroso patológico, divorciado y con una mala relación con su hijo. Pero Zemekis, en vez de utilizar el hecho de que pilotar ebrio de forma impulsiva podía haber forzado un fallo mecánico en el avión, nunca toca ese tema y permanece en el limbo, sin saber muy bien qué tema tratar, ¿la adicción, el accidente o la ética? Durante la investigación se encuentran dos botellas de vodka vacías, excusa para poner al protagonista en una encrucijada. Whip termina convirtiéndose en un héroe honesto y modélico para su hijo que, en la vista final del caso, admitiendo que estaba borracho al mando del avión, en vez de culpar a uno de los tripulantes fallecidos (su amante). Pero esa encrucijada es ficticia, nunca llega a existir. Zemekis fuerza la situación para que Denzel quede como un gran hombre. Robert, hubiera sido mejor haber hecho una comedia. Mi nota, un 6/10.



La película ligera se digiere mejor.


Las Sesiones es un film sencillo, entretenido y efectivo.  Un ejemplo de que a veces menos es más. Cuenta la historia de Mark O’Brien (John Hawkes), un periodista minusválido de 38 años de edad con un pulmón artificial que pretende perder su virginidad con la ayuda de un cura (William H. Macy) y una terapeuta sexual (Helen Hunt). Basado en un artículo que escribió el propio O’Brien, la situación dramática de partida es transformada en una comedia entrañable. Una lección de cómo lo trágico y lo cómico beben del mismo pozo. Mi nota, un 7.5/10.





Una película que no está en ninguna de las quinielas pero que se anunció mucho durante el verano en los Estados Unidos fue Buscando un amigo para el fin del mundo. Aprovechando el apogeo que estaban cogiendo aquellas noticias sobre la profecía mayas y el apocalipsis (realmente, estas decían que habría un cambio de ciclo, no una destrucción de la humanidad), sacaron esta película que nos pregunta desde un principio, ¿qué harías con tu vida si te dijeran que toda la humanidad va a morir con total seguridad en unas pocas semanas? Un asteroide colisionará con la tierra y todos los intentos por evitarlo han fracasado. Ahora sólo queda pasar el tiempo que queda como mejor elija cada uno. Y ahí nos encontramos a aquellos apáticos que viven ese tiempo como un día cualquiera, como el caso de Dodge (Steve Carell), que, abandonado por su mujer tras recibir la noticia de la futura colisión, sigue yendo al trabajo esquivando la conmoción general y el caos reinante. Otros, en cambio, viven esos últimos días aprovechando para realizar aquello que siempre quisieron hacer pero nunca se atrevieron. Los últimos, en cambio, se mueven por pasar los últimos minutos con aquellos que realmente les importan. Y eso es precisamente por lo que lucha Penny (Keira Knightley), por reunirse con sus padres en Londres. Ésta convencerá a Dodge para que deje atrás su monotonía y vaya a buscar a su amor de la juventud. Según avanza su viaje, estos dos personajes se darán cuenta de que lo único que les acabará importando es estar el uno con el otro. ‘Buscando un amigo para el fin del mundo’ es, en efecto, una película ligera, sin pretensiones y con bastantes clichés. Mi nota, un 7/10



En el otro extremo tenemos a una película pretenciosa y sobrevalorada. El lado bueno de las cosas no es ni original, ni está bien estructurada, ni tiene ‘tan buenas interpretaciones’ (el mejor, sin duda, Bradley Cooper).  Es una película ‘normalita’ que, de no haber movido hilos los todopoderosos Weinstein, hubiese pasado sin pena ni gloria. La trama gira en torno a Pat (Cooper), un hombre que acaba de salir de una institución psiquiátrica donde estaba internado para tratar su desorden bipolar. Con la esperanza de recuperar a su esposa, a la que encontró en la ducha con un compañero de trabajo al que, finalmente, dio una paliza, se pone en forma e intenta superar esos estados violentos. En una cena con unos amigos, conoce a Tiffany (una viuda que combatió el dolor de la pérdida a base de acostarse con todos sus compañeros de trabajo), la cual se interesa (inexplicablemente) por él y decide acosarlo. Ella convence a Pat para que la ayude a entrenarse para un certamen de baile y para que participe como su pareja, a cambio, ella le entregará una carta a la mujer de Pat, quien no puede acercarse a ella por una orden de alejamiento. Al final, el baile acaba sirviéndole a ambos de terapia llevándoles a enamorarse. Nada inesperado. Los puntos fuertes son la inclusión del número musical y el cambio de registro que sufre Cooper, sobresaliente en su interpretación. En cambio, sus grandes fallos de guión, la construcción gratuita de personajes excesivos (y alguno de ellos, prescindibles completamente), una Jennifer Lawrence que no cumple las expectativas (no es creíble y mucho menos merece un Oscar), un De Niro flojo, poco convincente y con exceso colirio, un gran número de gags manidos y situaciones forzadas nada naturales (por mucho que nos lo quieran vender), hacen que mi nota sea un 6/10.



Por último tenemos, Las ventajas de ser un marginado (‘The perks of being a wallflower’), dirigida por Stephen Chbosky, quien también escribió el guión y la novela. Chbosky, que debuta en el cine con esta obra, no ha sabido sintetizar el texto que el mismo escribió y convertirlo en una historia fluída, sino, más bien, en un relato denso, un bombardeo constante de información nueva e irrelevante y una indefinición en cuanto a lo que quería realmente contar. La novela y el cine son dos medios distintos, y si uno adapta y dirige su propia obra se corre el riesgo de no ser suficientemente valiente y objetivo. Para un autor todo es relevante, es comprensible, pero se hace pesada. Si a eso sumamos que utiliza recursos audiovisuales manidos que, en ocasiones, no funcionan, clichés dramáticos, y su intento desesperado por dar profundidad a los personajes de una manera inadecuada, hacen que esta ópera prima se quede en un ‘lo que pudo ser y nunca fue’. ¿Alguien se cree la diferencia de edad de los protagonistas? Demasiada inconsistencia. La película cuenta el primer año en el instituto de Charlie (un Logan Lerman que no me acaba de convencer), un chico de quince años con problemas mentales y de excesiva timidez cuyo único amigo se suicidó el año anterior. Allí conocerá a una pareja de hermanastros, Patrick (un fantástico Ezra Miller) y Sam (Emma Watson), que estudian en último año, y que se convertirán en sus amigos. Como no podía ser de otro modo, Charlie se enamora de Sam, cuya amistad hace que cada vez vaya abriéndose más a los demás y saque a la luz la razón de sus problemas emocionales. Lo mejor de esta película es, sin duda, la ambientación de principios de los noventa que nos trae vagamente un aire de nostalgia, la banda sonora y el musical que hacen los chavales del clásico ‘The Rocky Horror Picture Show’ (y un cameo de Tim Curry) y el valor de realizar este film con un presupuesto relativamente bajo, para lo que suelen ser esta clase de producciones (13 millones de dólares por los 21 de ‘El lado bueno de las cosas’). Mi nota, un 7/10.



La Marca España es un invento de Rajoy para ensalzar el patriotismo barato.


Este año nos han querido vender la idea de que nuestro cine está saludable y que gran cantidad de películas de calidad estaban en el mercado. En una gala de los Goya repleto de discursos reivindicativos, hay uno que destacó por encima del resto, el de Enrique González Macho. No fue precisamente por el contenido social y crítica política, como el de algunos compañeros y compañeras que se merecen mi más sincero aplauso y apoyo, sino que el presidente de la Academia se quejó con un discurso populista y demagógico bajo los lemas: ‘la cultura tiene que ser para todos/as’ y ‘otro cine es posible’, cuando su aperturismo brilla por su ausencia. El señor González-Macho es un hombre chapado a la antigua que quiere mantener la estructura tal y como estaba,  y que aquellos pocos privilegiados que vivían del cine lo sigan siendo. Valiéndose del descontento general existente por un presidente del gobierno deslegitimado en su cargo al incumplir su programa electoral (aquello por lo que fue elegido) y que nos está llevando a la ruina y despojando de derechos bajo el lema: “la culpa es de la herencia recibida”, lo que González-Macho busca es conseguir es el inmovilismo. Y eso no nos conviene en absoluto.

De pronto vimos como películas como Blancanieves fueron las grandes triunfadoras de los Goya y se las pone como ejemplos a seguir. Cierto es que se trata de una película relativamente arriesgada, pero que explota el éxito de ‘The Artist’ y de los estereotipos de la España de tortilla de patata, flamenco y pandereta. Una historia contextualizada en el mundo taurino, como si fuese algo de lo que pudiésemos estar orgullosos. Además, y como ya avanzaba antes, que una película que cuente con Mario Casas como protagonista (y pese a la presencia del siempre excelente Antonio de la Torre) esté nominada y fuese una de las 3 preseleccionadas pro nuestro país para competir en los Oscars, Grupo 7, no le da mucha credibilidad a nuestro cine. El Artista y la modelo, en cambio, es una película interesante que, hubiese pasado sin pena ni gloria de no haber estado dirigida y producida por Fernando Trueba. ¿Tenemos realmente talento en nuestro cine? Sí, lo hay. Pero muchas veces las mejores películas y profesionales no son aquellos más galardonados o promocionados.

Un ejemplo de ello es Lo imposible, una película sin pies ni cabeza articulada en forma de sketches de sangre y sufrimiento en una historia que se resume en una línea: los miembros de una familia estadounidense se separan tras sufrir un tsunami y, entre el caos general, intentan volver a reunirse. Punto y final. No es necesario apurar casi dos horas metiendo relleno y forzar situaciones  que no llevan a ninguna parte. Juan Antonio Bayona ganó el Goya al mejor director con esta película. Talento para la plasmar lo escrito en la pantalla tiene, eso es indudable, pero su falta de personalidad y sus carencias en la construcción de los discursos narrativos lo han llevado a que ninguno de sus largometrajes funcione. Este señor dijo en Twitter lo siguiente: “Madre mía! Si hiciera caso a los críticos que he leído hoy me perdería dos pelis estupendas! Flight y El Lado Bueno de las Cosas.” Viendo el desbarajuste de película que ha hecho, no me extraña que le encantasen estos dos despropósitos. Mi nota, un 5/10.


Depués tenemos ese cine que se anuncia como más independiente. Es el caso de Extraterrestre de Nacho Vigalondo de la que, sinceramente, no tengo absolutamente nada bueno que decir. Nada. Falla en todos los aspectos. Dos personajes excesivos que parece que estuvieran en ‘La hora Chanante’ (Cimas y Areces), y todos ellos, en general, cuyas motivaciones no corresponden a sus acciones. Situaciones forzadas, giros en el guión inverosímiles y gratuitos, resolución de los conflictos de manera arbitraria,… Es, sin duda, una pérdida de tiempo. La próxima vez me lo pensaré dos veces antes de ver una película del señor Vigalondo, al que, a pesar de todo, creo que es un profesional necesario y de gran talento. Mi nota, un 4/10.


… y para terminar…

Para terminar el artículo y, en vista de que los premios Oscars son este fin de semana, voy a lanzar una pequeña quiniela personal sobre algunas de las categorías.
*En cursiva aquellos nominados que creo que más se lo merecen y subrayados aquellos que creo que ganarán.

Nominadas Oscar 2013 a la Mejor película
Bestias del sur salvaje
El lado bueno de las cosas
La noche más oscura
Lincoln
Los miserables
La vida de Pi
Amor
Django desencadenado
Argo

Nominados Oscar 2013 a la Mejor actriz
Naomi Watts (Lo Imposible)
Jessica Chastain (La noche más oscura)
Emmanuelle Riva  (Amor)
Quvenzhané Lawrence (Beasts of the Southern Wild)
Jennifer Lawrence (Silver Linings Playbook)

Nominados Oscar 2013 al Mejor actor
Daniel Day Lewis (Lincoln)
Denzel Washington (Flight)
Hugh Jackman (Los Miserables)
Bradley Cooper (Silver Linings Playbook)
Joaquin Phoenix (The Master)

Nominados Oscar 2013 al Mejor director
Haneke (Amor)
Spielberg (Lincoln)
Russell (Silver Linings Playbook)
Benh Zeitlin (Bestias del sur salvaje)
Ang Lee (La vida de Pi)

Nominados Oscar 2013 al Mejor guión original
El vuelo
La noche más oscura
Django desencadenado
Amor
Moonrise Kingdom

Nominados Oscar 2013 a la Mejor guión adaptado
Argo
La vida de Pi
Lincoln
El lado bueno de las cosas
Bestias del sur salvaje

Nominados Oscar 2013 a la Mejor película de animación
Frankenweenie
Los piratas
Brave
Rompe Ralph
ParaNorman

Nominadas Oscar 2013 a la Actriz de reparto
Anne Hathaway (Los Miserables)
Sally Field (Lincoln)
Helen Hunt (Las sesiones)
Amy Adams (The Master)
Jacki Weaver (Silver Linings Playbook)

Nominados Oscar 2013 al Mejor actor de reparto
Robert de Niro  (El lado bueno de las cosas)
Christopher Waltz (Django Desencadenado)
Tommy Lee Jones (Lincoln)
Alan Arkin (Argo)
Philip Sheymour Hoffman (The Master)

Nominados Oscar 2013 a la Mejor canción original
Los miserables
La vida de Pi
Ted
Skyfall
Chasing Ice

Nominados Oscar 2013 a la Mejor película de habla no inglesa
No
Amor
Un asunto real
Kon Tiki
War Witch


¿Cuáles son vuestras favoritas?

jueves, 31 de enero de 2013

Un repaso al cine del 2012. Parte II.

(Artículo que iba a ser originalmente publicado en Diario Siglo XXI el pasado 23 de enero)


Al hilo del artículo anterior, seguiré con mi repaso al cine que nos ha dejado el pasado año desde un punto de vista personal. En esta ocasión, con 3 secciones donde hablaré de diez películas entre las que están, en mi opinión, las mejores de 2012. Precisamente, la historia de esas tres películas que he elegido como las más notorias, giran en torno a la juventud, de uno u otro modo. Estas brisas refrescantes, todas ellas de hora y media, hacen que vuelva a cuestionarme la utilidad de alargar el metraje hasta el aburrimiento. Si la semana pasada hablaba de lo que llamaba ’The Peter Jackson’s hysteria’ por la manía que han cogido en Hollywood de imitar a este director produciendo películas interminablemente largas, esta semana pasada anunciaron el complemento perfecto para poder soportarlas. Se trata de RunPee, una aplicación para el móvil que te avisa del mejor momento para ir al baño cuando estás viendo un film en el cine. Al creador se le ocurrió desarrollar algo así, como no podía ser de otro modo, viendo una película del lunático de Jackson, ‘King Kong’. Recomiendo a aquellos que tienen problemas de próstata, a los que beben mucho en los cines que vayan cuando les apriete, que Peter va tan lento que no habrá mucho que perderse.




Del cómic a la pantalla. Porqué hay vida más allá de los superhéroes

En los últimos años hemos vivido un empacho de adaptaciones de héroes con mayas luchando contra malvados sin corazón que destruían ciudades, mataban personas, se enfrentaban contra ejércitos y tenían una extraña obsesión por hacer enfrentamientos más propios del ‘Street Fighter’ que de la vida real. El 2012 ha seguido la misma estela. Con una diferencia, había muchas expectativas puestas en dos de esas películas de franquicia.




’Los Vengadores’ fue una película que Disney/Marvel llevaba tiempo madurando. Para preparar el terreno nos tuvimos que tragar ‘Thor’, ‘Capitan América: El primer Vengador’, ‘Hulk’ y las dos ‘Iron-Man’. Ahora llegaba el momento de la verdad, de hacer algo épico que diera pie a hacer más productos de franquicia cual churrero un domingo a las 7 de la mañana. Para ello, ficharon a un grande, Joss Whedon, que se había formado entre fantasía, épica y la comedia con series como ‘Buffy Cazavampiros’, ‘Ángel’, ‘Firefly’ y, sobre todo, la excelente ‘Dr. Horrible's Sing-Along Blog’. Contratar a un tipo que le encantan los musicales, que es un friki y que tiene mucho sentido del humor de la talla de Whedon me hizo pensar que era posible ver una buena película. Mis expectativas subieron exponencialmente. Es cierto que Joss no es conocido por sus argumentos bien hilvanados y coherentes. Tan sólo hay que ver cualquiera de sus mierdas de series, Firefly inclusive. Pero ‘Dr. Horrible’ es genial, hablaba de superhéroes y villanos en clave de humor y musical y, además, hay que reconocerle que sabe dotar a sus personajes del carisma suficiente para que sus proyectos funcionen.





Era una tarde lluviosa en el centro de Chicago y acababan de estrenar la película. Tenía que hacer tiempo para coger el tren, así que decidí ver la película en 3D en un cine cercano a la estación. Tal vez sea demasiado crítico al decir esto pero, en mi opinión, la película fue decepcionante. Aparte de dos ‘gags’ cómicos que todo el mundo recuerda, la historia se hace larga y no está bien articulada. Las motivaciones de los héroes para trabajar juntos son de risa. Tiene que morir un agente del SHIELD que ni Hulk o el Capitán América conocían para convencerlos de trabajar en equipo. Precisamente esa muerte. No otra, esa. Mal Joss, mal. Si te hubieses ahorrado el comienzo más propio de una película de acción de serie B de los 80 (y copiada en los 90 en films como ‘Mortal Kombat’ o ‘The Quest’) y de un videojuego de lucha, la convocatoria y búsqueda de los héroes, podrías haber dedicado más tiempo a trabajar el guión y hacer una relación entre personajes más sólida. Además, Samuel L. Jackson está más acartonado que Arnold en Terminator 3. Y parecía difícil. No obstante, se trata de un producto entretenido, altamente visual y que ha dado mucha rentabilidad a los promotores de la idea. Mi nota, un 7/10.





Pero había otro film esperado del mismo corte. En esta ocasión, de una franquicia que había ido de mal en peor hasta que un inglés cogió las riendas. Se trataba de Christopher Nolan y de la historia de Batman, que en 2012 nos dejó ’El caballero oscuro, la leyenda renace’. Sin tanta brillantez como en sus predecesoras, Nolan cierra el círculo de su trilogía de manera poco convincente. Relaciona sucesos y personajes forzadamente, soltando datos de manera indiscriminada en el momento menos adecuado. De este modo, consigue que ‘todo encaje’, pero como puede hacerlo la pieza de puzle equivocada si le das dos mamporros. Más que redondear un argumento es una violación. Christopher, te estaban diciendo que no, pero tú insististe. Con indicios burdos y sorpresas sacadas de  la manga no hacemos nada. Si a eso sumamos que el eje temporal se le va un poco de las manos, haciendo que haya hechos que no coincidan adecuadamente en el tiempo, y el ritmo, que se ralentiza y acelera caprichosamente, tenemos una pieza 2 girls, 1 cup, de ver una vez y no más. Pero Christopher, ¿no te diste cuenta que en las anteriores la ciudad casi es tomada por un puñado de villanos y, en esta, que hay un millar de ellos sueltos, acaban venciendo los buenos sin ayuda externa? Un poco inverosímil parece. Sólo un poco… Mi nota, un 6.5/10.


           
            

Otro título que dio que hablar fue ’The Amazing Spider-man’. Por supuesto, ese adjetivo no hace referencia a la película. Partiendo de que no hacía falta hacer un reboot de la franquicia cuando el cadáver de la anterior estaba todavía caliente, ésta, que si bien, está mejor orientada que las anteriores (con Wendy y el Dr. Connors), no me acaba de convencer. Tal vez tenga algo que ver ese empacho que comentaba antes, pero el argumento no se articula correctamente. Además, como variación de lo que decía Gasset, ‘una película es una película y sus circunstancias’ y, éstas, han jugado muy en contra suya. No era el momento. Si además, impregnas todo con heroísmo barato, sacrificios propios de telenovela venezolana de baja calidad y dotas de una oscuridad al protagonista completamente impostada, consigues que tu producto se eche a perder. Mi nota, un 6/10.


          



 Por último hablaré de la mejor adaptación de cómic que he visto durante el 2012. Se trata de ‘Rurôni Kenshin: Meiji kenkaku roman tan’, que ha brillado entre tanto superhéroe. Esta película japonesa concentra todo el espíritu de la serie animada y de los cómics, que en España se conocieron bajo el nombre de ‘El guerrero samurai’, y son combinados con los OVAS, que cuentan los orígenes del famoso asesino Battosai, para formar una pieza deliciosa. Si bien es cierto que Kenshin no se muestra tan torpe y entrañable como en los referentes, el director, Keishi Ohtomo, hace un trabajo brillante consiguiendo una ambientación adecuada para que las secuencias de acción, las cómicas, las violentas y las emotivas se enlacen de manera natural. Aunque el casting podía haber sido más acertado, el conjunto de la obra mantiene una calidad muy elevada. El cometido de conseguir una adaptación de una obra tan extensa era muy compleja, sobre todo por la gran cantidad de matices que existen en ella, por eso tiene mucho más mérito el resultado. Mi nota, un 8/10.





Cine de autor, ese gran desconocido



La primera de las obras que escogí para este apartado fue premiada en la última edición de Cannes y arrasó en Sitges. Se trata de ’Holy Motors’, la última perla del director francés Leos Carax, que ya me sorprendió precisamente en Sitges con su pieza de ‘Tokyo!’ y que, nuevamente, vuelve a utilizar al camaleónico Denis Lavant para dar vida a una serie de personajes extraños, entre los que no podía faltar Monsieur Merde, que ya conocíamos del mediometraje anteriormente mencionado. El impulsivo e imprevisible ‘Señor Mierda’ es tan sólo uno de los reclamos que Carax utiliza para contarnos la historia de Monsieur Oscar, un hombre que vive interpretando diferentes vidas, día tras día, cambiando de personaje según la agenda establecida. De mendigo a asesino, de monstruo a hombre de familia, en una limusina recorre Paris que utiliza como camerino y medio de locomoción para ir de un punto a otro. Monsieur Oscar es un hombre que no tiene vida propia, que vive todas las vidas y que no vive ninguna, que existe a través de los demás. Algo cada vez más frecuente en las grandes ciudades, en individuos sin personalidad, en personas que interpretan un estereotipo por no ser ellos mismos, donde todos podrían ser cualquiera. ¿Acaso no vivimos las vidas de aquellos personajes que aparecen en una película cuando la vemos o en una novela cuando la leemos? Holy Motors no es una película de sketches, es un conjunto de píldoras ácidas y de difícil digestión que nos lleva de viaje por unas situaciones excesivas e incoherentes entre sí, donde cualquier héroe puede convertirse mañana en villano, el rico en pobre y el vivo en muerto. Y al final, siempre al final, sentimos un gran vacío. Mi nota, un 8/10 .





Una de las nominadas a los Oscars de este año ha sido ’Amour’, del cineasta alemán Michael Haneke, que pone su sello en las obras manteniendo los planos y estableciendo un ritmo pausado. En esta ocasión, sigue con esa dinámica, haciendo que la historia lo cuenten los detalles, las situaciones triviales y anodinas, y el espacio. No es una película para todo el mundo. El tema que aborda es complejo, el amor y su significado. La trama se centra en una pareja de ancianos, donde ella, profesora de piano, sufre un ataque cerebral que la deja con la mitad del cuerpo paralizado. Su marido la cuida mientras ella se siente cada vez más inútil. La situación de ella empeora hasta el punto de pasarse el día en la cama llegando a la senilidad. El marido, que también tiene sus achaques, sufre la dependencia bilateral a diario. Ella ya no es su mujer, es un cuerpo donde una vez estuvo una persona maravillosa. Pero aferrarse a la idea de esa imagen del pasado es más fácil que admitir que ya se ha ido. Mi nota, un 7/10.




El cineasta estadounidense Wes Anderson y su obra ‘Moonrise Kingdom’ son los elegidos para cerrar este apartado. No en vano, es una de las mejores películas del año. Ambientado en la pequeña isla de New Penzance, situada en la costa de New England, nos traslada a los años sesenta, donde el pequeño huérfano Sam Shakusky, de doce años, que está asistiendo al campamento de verano de los ‘Khaki Scout’, se enamora de Suzy Bishop, una niña que vive con sus padres y tres hermanos menores en la isla. Ambos se escriben por carta durante un año y deciden fugarse juntos cuando Sam vuelva al campamento el siguiente verano. Una serie de personajes giran en torno a los jóvenes intentando poner freno a sus planes, mientras, Anderson, aprovecha las situaciones que se producen para jugar con el espectador en escenas dramáticas, emotivas y cómicas entre lo entrañable y lo ridículo, creando una atmósfera y una estética muy personal que haga que todo coexista en armonía. Las formas, los simbolismos, los colores, todo está milimétricamente dispuesto para hacernos disfrutar de los maravillosos mundos que Anderson crea. Mi nota, un 8.5/10.







Cine Independiente: cuando ‘Indie’ no es un mero adjetivo



El cine independiente es el que más alegrías me ha dado durante el año pasado. Aquí se engloban algunas de las mejores películas del 2012 que, curiosamente, son las que atesoran una menor duración.




Una de las sorpresas de los Oscars ha sido ’Beasts of the Southern Wild’, que ha conseguido 4 nominaciones en total: mejor película (con un presupuesto de menos de dos millones de dólares), mejor actriz (una niña de 9 años que actuó con 5), dirección (para Benh Zeitlin, que debuta en un largometraje) y guión adaptado (basado en la obra teatral ‘Juicy and Delicious’). En otras palabras, cuatro de las más importantes secciones, por lo que supone un éxito increíble para una obra de estas características. Sin entrar en el debate si es merecida o no la nominación a la pequeña Quvenzhané Wallis, sin ver la película uno se imagina que se han dado una de estas dos circunstancias: que las películas de 2012 han tenido que ser muy flojas o que es una obra maestra sin precedentes que ha conseguido llamar la atención de la crítica de algún modo. Bien, pues, efectivamente tiene algo de ambas partes, porque 2012 no ha sido un año memorable en la calidad de las piezas y debido a que ‘Beasts of the Southern Wild’ es una buena película. Cuenta la historia de Hushpuppy, una niña que vive en una comunidad instalada en un Delta, conocida como la bañera, que está en peligro de desaparición por verse inundada debido a las constantes crecidas del nivel de las aguas (por la desaparición de los casquetes polares y tormentas) y a cuyos integrantes la ‘civilización urbana’ pretende desalojar y llevar consigo a modo de rescate preventivo. Construida con pocos recursos, consigue mantener el interés del espectador y articular un discurso bien construido. Bien es cierto que tiene bastantes carencias, que la voz de la niña narrando es más propia de una lectura en voz alta que de una evocación y que la moraleja es algo que está latente desde el primer minuto, pero no debe desmerecer el resultado final. Zeitlin se las arregla para mostrarnos dos mundos opuestos sin posicionarse en su planteamiento, es la niña quien evidencia lo peor de ambos sistemas. Tiene una duración adecuada, 93 minutos, algo inusual para lo que nos están acostumbrando, y un reparto lleno de nombres desconocidos. Mi nota, un 8/10.






Seguidamente, hablaré de otra de las mejores películas del año, 'Detachment’(‘El Profesor’). Producida en 2011, llega a nuestro país, como no puede ser de otra manera, con retraso. El cine independiente, desgraciadamente, muchas veces lleva esa cruz. Este film, es un brillante drama que nos ofrece una necesaria reflexión sobre la educación y la importancia de la infancia en el desarrollo humano. Adrian Brody interpreta a Henry Barthes, un profesor sustituto de escuela secundaria que se pasa la vida de un lado a otro sin destino fijo. Huérfano y con un abuelo moribundo, ve como los jóvenes desperdician su vida día a día, ante la mirada viciada de familiares y profesores. Henry se encontrará con Erica, una menor que se prostituye por dinero para sobrevivir, y decide acogerla en su casa para intentar salvarla de esa vida. Pronto descubrirá que con ese acto está salvando también la suya. Además de las excelentes interpretaciones de Brody y, de la joven, Sami Gayle, ‘Detachment’ le ofrece al espectador una experiencia claustrofóbica donde el espectador sentirá la impotencia de esos profesores que no pueden ayudar a sus alumnos, que se sienten agobiados por sus padres y coartados por las leyes, a quienes no amparan frente a humillaciones, agresiones e intimidaciones. Decía Roland Barthes que todo texto es un palimpsesto, que toda creación debe su originalidad a aquellas en las que se basa. ¿Estamos condenados a repetir los errores que cometieron nuestros padres con nosotros? Como dice Henry, muchos padres tienen hijos y pretenden que los demás cuiden de ellos, que los eduquen, como si eso fuese un derecho en vez de su responsabilidad. Debería de haber algún tipo de test para ser padre, al igual que lo hay para sacarse el carné de conducir. Mi nota, un 8.5/10.




Por último, la película que más me ha emocionado durante el 2012 que, curiosamente, fue estrenada en España el mismo día que ‘Detachment’, el 31 de octubre, y que, al igual que ésta, no fue producida el año pasado. Esta vez tuvimos que esperar dos años, dos largos años para poder disfrutar de la joya que significó el debut de Richard Ayoade como director, ’Submarine’. Basada en la novela original del mismo nombre y escrita por Joe Dunthorne, que muestra a unos personajes bastante diferentes y a un protagonista, Oliver Tate, más bravucón que incomprendido, Ayoade hace suyo el texto mejorándolo en una adaptación realmente brillante. En la dirección no se muestra menos magistral, recordándonos a Wes Anderson en muchos momentos de la trama. Ésta cuenta la historia de Oliver Tate, un chaval de quince años que vive en Swansea y que tiene dos objetivos a corto plazo. El primero, perder la virginidad antes de su próximo cumpleaños. El segundo, evitar que su madre se acueste con un antiguo novio y que, a consecuencia de ello, sus padres se separen. Oliver es un chaval analítico, gran lector de libros y diccionarios (elige de éste una palabra a diario) y muy observador. Está enamorado de Jordana Evans, la cual está obsesionada con prenderle fuego a todo. Por otro lado, sus padres piensan que tiene algún tipo de trastorno psicológico y que es homosexual. Con un padre depresivo inmerso en un trabajo para el que está sobrecualificado y una madre con un oficio monótono, Oliver controla cuando hacen el amor gracias al regulador de luz. ‘Submarine’ nos traslada a finales de los 80/ principios de los años 90, con las cintas VHS y las cintas de cassette, a aquella época en la que teníamos 15 años y en la que teníamos menos responsabilidades y preocupaciones. Una mirada inteligente e imprescindible acerca de la familia, la adolescencia y a como aquellas cosas que eran importantes para nosotros entonces, siguen teniendo un especial espacio en nuestros corazones. Mi nota, un 9/10.




La próxima semana podrán leer la conclusión de este artículo en tres partes, con más películas comentadas, buena parte de ellas con nominaciones a los Oscar y de reciente o próximo estreno. Stay tunned!

To be continued…