jueves, 9 de septiembre de 2010

Óscar Wilde: Pluma, lápiz y veneno.



Oscar Wilde Memorial. Dublín, Irlanda.

Aprovechando mi periplo en Irlanda he decidido posponer el prometido artículo en tres partes que anunciaba en el post anterior para poder terminarlas con más calma y documentarme mejor. En su lugar se me ha ocurrido escribir un artículo acerca de Óscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde (1854-1900), más conocido como Óscar Wilde, uno de los más sórdidos y polémicos escritores de todos los tiempos.

“A gentleman is one who never hurts anyone's feelings unintentionally” (Óscar Wilde).


El bueno de Óscar, esculpido, en pose de gentleman.
Ahora por él tampoco pasarán los años.

En vista de que me encuentro viviendo en la ciudad natal de este poeta del victoriano tardío, Dublín, aproveché para realizar una ruta alrededor de los sitios más emblemáticos que fueron regentados por él, hasta su salida del país en 1978. Irlanda ha dado grandes escritores (James Joyce, Jonathan Swift, Bernard Shaw,…), es imposible negarlo, y he aprovechado varias jornadas turísticas para compartir espacios con ellos. Algo que me llamó mucho la atención es que muchos coincidieron en tiempo y lugar. Grandes figuras de la escritura que fueron amigos, rivales, referentes y fuente de ridiculización entre unos y otros.

Why was I born with such contemporaries? (Óscar Wilde).


La casa donde creció Óscar. Al ladito del Trinity College.

Wilde fue bautizado en la parroquia de la Iglesia anglicana de St. Mark. Esta parroquia se acabaría unificando con otra, dando lugar a la Iglesia de St. Ann. Sus padres estaban íntimamente relacionados con la literatura, su madre era Jane Francesca Elgee, una reconocida escritora vinculada al nacionalismo irlandés, mientras que su padre era un médico que disfrutaba enormemente de la lectura. Fue educado en “Portora Royal School”, en el Trinity College, hasta 1974. Se tasladó posteriormente al Magdalen College de Oxford, donde sus compañeros de facultad se cebaron con él, entre otras cosas debido a sus excéntricos gustos en la decoración de su habitación y sus declaraciones en contra de los estereotipos masculinos de la época. Cuando vuelve a Dublín conoce a Florence Balcombe y se enamora de ella. Por su parte, esta se enlaza con Bram Stoker (1947-1912) y se casan en la misma iglesia que Wilde fue bautizado, el 4 de diciembre de 1878. Despechado, se va de Irlanda para no volver más (aunque lo hiciera por motivos laborales en dos ocasiones más).

“A man can be happy with any woman, as long as he does not love her” (Óscar Wilde, The picture of Dorian Gray, de 1891).

Trinity College.


Siendo escueto en los datos bibliográficos y yendo al grano (puesto que no es mi pretensión enumerar cronológicamente los hechos acaecidos en su vida), comentar que Wilde tuvo dos hijos, uno de los cuales murió en la primera guerra mundial, con su primera y única esposa, Constance Lloyd. La buena dote proporcionada por el padre de esta les dio la posibilidad de vivir holgadamente. Así Óscar vivió entre conferencias, escritura y supuestas ‘reuniones’ sociales. Claro está, que quien juega con fuego acaba quemándose. El libertinaje le salió relativamente bien durante los primeros años. La sociedad de la época le apreciaba por su agudo y sarcástico sentido del humor, y era un invitado recurrente en todo tipo de fiestas de la clase alta. En el caso de ‘The picture of Dorian Gray’, dio rienda suelta a su ácida visión de la vida y su hedonismo personificándose como Lord Henry y en Basill Hallward debido a su orientación sexual. Tomó prestado el apellido a un joven poeta del que se dice que estaba enamorado y mantenía un affaire para dar forma al siempre joven Dorian, añadiéndole al caldero su obsesión por la juventud, donde afirmaba que residía la verdadera belleza. Hasta que en 1985 cayó en desgracia. Lord Alfred Douglas, más conocido como Bosie, era un desconocido poeta íntimo amigo de Wilde (que además mantuvo correspondencia Bernard Shaw), hijo del Marqués de Queensberry, al que no le hizo nada de gracia esta relación que mantenía su vástago (eran amantes, por si no había quedado claro). Así que le escribió una carta y se la hizo llegar al bar que regentaba. ‘El sodomita’ (como había sido llamado en ella) alentado por su amante hizo públicas las amenazas del marqués. Pero esta vez la fortuna no estuvo del lado de Wilde, que fue denunciado y condenado a dos años de trabajos forzados en la prisión de Reading (ciudad cercana a Londres, conocida actualmente por su festival de música, que en inglés significa ‘leyendo’, algo que debió de hacer gracia al bueno de Óscar puesto que buena parte de las pruebas que se presentaron en los juicios giraron en torno a sus obras literarias). Durante el proceso, Wilde intentó defenderse de las acusaciones con su desdén habitual, pero en vista que le perjudicaba gravemente acabó negando los hechos. El abogado de la acusación centró su argumento en la amoralidad de los textos de Wilde y mostró pruebas de sus frecuentes relaciones con hombres de clase baja. Por su parte, Óscar trató de defenderse diciendo que toda esa ropa cara, comida, bebida, viajes y hoteles caros que había pagado a aquellos, no era por sexo, sino por pura amistad. El proceso fue seguido por los periódicos, siendo la comidilla de la sociedad de la época. Tanto fue así que su mujer lo abandonó cambiando de nombre tanto ella como el de los hijos, consiguiendo la custodia de los mismos. Pero ahí no acabó la cosa, puesto que tuvo otro proceso judicial enlazado con ello, ‘el pueblo (lo que les gusta a los americanos estos titulares) vs Wilde’ por sus conductas homosexuales.

“Experience is the name everyone gives to their mistakes. (Óscar Wilde, El abanico de Lady Windermere, de 1882, acto III).


A su salida de la cárcel en 1897 y harto de la sociedad británica se marchó a Francia, destrozado anímica y espiritualmente, coincidiendo con la publicación del ‘Drácula’ de Bram Stoker, y utilizando el apodo de Sebastian Melmoth vivió sus últimos años en el anonimato hasta su muerte por meningitis. El apellido usado en el apodo no es casual, fue escogido por ‘Melmoth the Wanderer’, novela gótica de Charles Maturin, que era pariente materno de Óscar y que a su vez, Vladimir Nabokov recogió para apodar al coche de Humbert Humbert en ‘Lolita’.

Most people are other people. Their thoughts are someone else's opinions, their lives a mimicry, their passions a quotation. (Óscar Wilde, De Profundis, 1905).



Fotografiado con las citas de Óscar inscritas en su monumento conmemorativo.