Mucho tiempo ha pasado desde el último post. Supongo que la gran mayoría de los seguidores (o sea, uno... que curiosamente soy yo -hagan click en el botón-) lo habrán agradecido. Las razones, clásicas, problemas de salud y trabajo acumulado. Empecé a escribir dos o tres artículos, pero nunca los llegué a terminar. Dicho esto a modo de disculpa, espero estar más activo a partir deahora. Y también porqué hay mucho que comentar. De hecho, la próxima entrada será un mega-post en tres capítulos alternos. Pero no quiero avanzar acontecimientos, ya lo verán con sus propios ojos.
Las visitas a mi terapeuta no han dado grandes frutos últimamente, sólo me ha sufrido sin proporcionarme comentarios iluminados. Supongo que ya está harto de mi (aunque sea su único cliente). Sobre todo después de comprobar en sus carnes hasta qué punto es capaz de llegar mi mala suerte legendaria. La parte buena del asunto es que es una generadora constante de anécdotas, que algún día tal vez me aventure a clasificar en un listado y colgar en el blog. Pero no cuenten con ello.
El otro día, discutimos sobre Freud y la fijación que tenía con ciertos objetos o cosas de forma alargada. Le contaba mi interpretación de ortonauta/ortoneuta (tm) poniendo el ejemplo del pepino y su importancia en el papel de la historia, que ahora se veía empañada por la visión retrógrada y lasciva de ciertos individuos y que Freud ayudó a fomentar.
Hasta aquí el "post de transición", que más que transición habría que decir 'barbecho'. Un saludo a todos y pronto tendrán noticias mías.
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