"De esta guisa se presentaron en casa de Ferry él y sus amigos para pedir dinero a sus padres"
El joven Bryan nació en un 26 de Septiembre de 1945 en Suderland, Inglaterra. De padre minero, estudió Bellas Artes en Newcastle y se trasladó a Londres en 1968 para trabajar como restaurador y ejercer de profesor de cerámica. Lo dejó y se juntó con un amigo para formar una banda de música (ya me estoy imaginando a sus padres cuando les dio la excelente noticia). Pusieron unos anuncios y entre unas cosas y otras finalmente se formó Roxy Music. Así de fácil. Su primer sencillo fue un bombazo “Virginia Plain” y en los dos primero discos de la banda (“Roxy Music” -1972- y “For your pleasure” -1973-) las dos grandes mentes creativas de la misma se disputaban el liderazgo, hasta que Brian Eno dejó el barco. Y luego el bicho raro que se convertiría en uno de los más influyentes productores musicales de la historia dijo que el siguiente disco, “Stranded” fue el mejor de la banda… y si alguien quiere saber más de la trayectoria de Roxy Music, que se vaya a
Fue entonces cuando emergió la figura de ese “dandy decadente” que tanto admiramos. Su cadencia en los pasos de baile me recuerdan a la de cualquier mujer de mediana edad que baila en las fiestas del pueblo o que se ha criado bajo el prisma del pasodoble. Su mirada sexy y facha conscientemente alargada se veía aderezada con su movimiento “me apoyo sobre la barra mientras me miras y suspiras por mí” y con su andar elegante y sereno. Su vestuario es mítico también, su chaqueta blanca con solera u otras tantas que forman parte de su fondo de armario. Pocas cosas permanecen tan invariables en el tiempo como el peinado de Bryan Ferry. Su pelazo “just for men” y su perfecto afeitado nos han hecho cuestionarnos a más de uno la conveniencia de una operación de estética. En 1981 se casó con Lucy Helmore, de la que lo único que nos interesa es que fue fotografiada por Robert Mapplethorpe y se divorció de nuestro “onvre” en 2003 llevándose consigo 10 millones de “paunds” (¡y que llamaron a uno de sus hijos Merlin!). Otras parejas le han sido relacionadas, pero eso forma parte del sensacionalismo.
Su carrera como actor se encumbra con su actuación en “Desayuno en Plutón” haciendo el papel de travesti de la época Glam de los 70. Pero quiero hacer mención también de ese cortometraje en el que aparece (como protagonista en los carteles mientras hace de secundario… cosas del marketing) interpretando a un pianista que trafica con diamantes, “The Porter”. Resulta que si entramos en la página oficial www.the-porter.com nos encontramos con que la web está en un idioma poco legible para la mayoría de nosotros. A lo que yo me dije, “esto es que me he equivocado al introducir la dirección”. Falso. ¿Es un corto que produjo Mercedes Benz y ni siquiera es accesible desde su website? Recuerda a la campaña que produjo BMW hace unos años en las que varios directores de envergadura tenían como único requisito en la producción de su corto que se hiciese mención a un coche BMW (ni siquiera era necesario que saliese en escena). En esta ocasión, el trabajo de 12 minutos parece no querer ser promocionado pese a que Bryan grabó para la ocasión una remasterización de su canción “Fool for love”. Pero tranquilos, tras mucho buscar aquí tenemos la prueba del delito:
Es un hombre de acción que sobrevivió a un intento de atentado en un avión en diciembre de 2000. Por entonces la paranoia estadounidense no estaba en cotas tan altas como para buscar en el orto de cada pasajero del vuelo. ¡Que tiempos aquellos en los que viajar no significaba ser violado!
¡Genial Forbes!
No sabría si quedarme con el Ferry de la primera época con los pantalones pitillo, ropa ceñida, purpurina y colorete que me apasiona completamente, o con el “bohemio snob de capa caída” en que se acabó convirtiendo. Supongo que lo que me fascinó siempre fue esa evolución sufrida y como aún, con el paso de los años, mantiene el listón de la decadencia del gentleman bien alta.
2 comentarios:
Eres un crack, tío. ¿Y dices que solo tienes veintisiete añitos? Pues te los has currado, te los has currado. A mis links, ya. Un cordial saludo.
Gracias Juan. Supongo que lo dirás porque lo probaste como terapia y te funcionó. He de confesar que pese a seguir a Bryan desde mi más tierna infancia la idea de usarlo como método antidepresivo ha sido de mi psicólogo.
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